lunes, 28 de septiembre de 2020

Maratón de Lectura

Realizada por los alumnos/as de 2° año, señorita Verónica.

Alumnos/as de 3° año A y B, señoritas Valeria y Noemí.

Alumnos de 5° y 6° año, seño Valeria.

Señorita Bibliotecaria: Silvina Ponce.




 




jueves, 24 de septiembre de 2020

23 de septiembre: Día Nacional de los Derechos Politivos de la Mujer.

 El 9 de septiembre de 1947 una multitud de mujeres se agolpó en las inmediaciones del Congreso de la Nación para exigir a los legisladores la aprobación la ley de sufragio femenino. En esta nota, te contamos cómo se gestó la norma que garantizó el derecho al voto de las mujeres en nuestro país, sus antecedentes y las protagonistas de la época.

El 9 de septiembre de 1947, la Cámara de Diputados de la Nación convirtió en Ley el voto femenino. El Poder Ejecutivo fue quién presentó el proyecto, en el marco de una batería de más de cuarenta leyes que Juan Domingo Perón había anunciado dentro de la planificación estatal conocida como el Plan Quinquenal.

Participación de las mujeres en el acto multitudinario en Plaza de Mayo, donde se anuncia la Ley 13.010

Hasta ese día, a partir de la Ley Sáenz Peña (1912), que estableció el voto secreto y obligatorio, los únicos habilitados para votar eran los hombres mayores de 18 años, nacidos en Argentina y residentes de las 14 provincias del país. Recordemos que Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Chaco, Formosa y Misiones eran considerados territorios nacionales, y por lo tanto, no eligieron autoridades hasta las elecciones de 1951.

La campaña

Una lluvia de telegramas con un sin fin de remitentes llegaban diariamente a los despachos de los diputados y senadores nacionales de aquel entonces. Eran personas, organizaciones sociales y grupos partidarios que solicitaban la aprobación de la ley del voto femenino. Otros, preferían acudir a sus aptitudes para hacerse escuchar, como muchas actrices y actores famosos de la época, participando en cortos audiovisuales que fomentaban el debate.

Asimismo, las mujeres organizadas empapelaban las ciudades bajo el lema “la mujer puede y debe votar”, mientras Evita impartía sus discursos por radio, religiosamente, incitando a las mujeres a luchar por sus derechos.

“La mujer puede y debe votar, como una aspiración de los anhelos colectivos. Pero debe, ante todo, votar, como una exigencia de los anhelos personales de liberación, nunca tan oportunamente enunciados.”

“Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar”.

La ley en fechas

El 21 de agosto de 1946 el proyecto fue aprobado por la Cámara Senadores, para que el 9 de septiembre del año siguiente hiciera lo propio la Cámara de Diputados, luego de un maratónico debate. Días más tarde, el 23 de septiembre de 1947, se promulgó la Ley 13010.



Ese día, una multitud celebró la promulgación en Plaza de Mayo y Eva Perón regaló uno de sus discursos más memorables:

“Recibo en este instante de manos del Gobierno de la Nación la ley que consagra nuestros derechos cívicos. Y la recibo, ante vosotras, con la certeza que lo hago en nombre y representación de todas las mujeres argentinas, sintiendo jubilosamente que me tiemblan las manos al contacto del laurel que proclama la victoria”.

 

Eva Perón recibe en manos la ley 13.010 en el balcón de la Casa Rosada, junto a Clara Borlenghi, Juan Domingo Perón, Ángel Borlenghi, Juan Hortensio Quijano, entre otros. 

Los antecedentes

Si bien la ley se promulgó en 1947, recién en 1951 las mujeres acudieron masivamente a las urnas. La demanda histórica que el peronismo materializó tiene sus antecedentes en las persistentes batallas y conquistas que llevaron adelante, desde principio de siglo, las mujeres organizadas en las agrupaciones feministas, las socialistas y radicales.

En 1911, los requisitos para empadronarse contemplaban, entre otros, ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, ejercer alguna profesión y tener domicilio en la ciudad de votación.

 

Julieta Lantieri disertando sobre los derechos políticos de la mujer. Circa, 1920.

De 1911 a 1939 se presentaron diversas iniciativas que buscaron garantizar el voto femenino, aunque muchas de ellas ni siquiera se debatieron en el recinto. Fue el representante del Partido Bloquista, Aldo Cantoni, quien al asumir la gobernación de San Juan modificó la Constitución provincial y habilitó a las mujeres sanjuaninas a votar y a presentar sus candidatas en las elecciones municipales de 1928.


Primer ensayo de voto femenino organizado por la Unión Feminista. Preside la mesa la Dra. Elvira Rawson de Dellepiane, 1920.

Los debates para apoyar o no la ley del sufragio femenino fue por lo menos acalorado. Sucedieron en el interior de los partidos políticos y entre las diferentes organizaciones de mujeres. El historiador Pablo Vázquez, especialista en peronismo, explica que “Perón, ya en 1945 desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, planteó el tema del voto femenino. Entre las sufragistas, sobre todo el colectivo que encabezaba Victoria Ocampo, no querían que saliese el proyecto, porque “lo daban” los militares; para ellas, el peronismo era la dictadura”.

Y agrega: “La oposición tenía contradicciones. Los radicales siempre apoyaron el voto femenino, más aún el sector de Frondizi, pero dar el voto implicaba beneficiar al peronismo, porque sabían que las mujeres lo iban a apoyar masivamente. Los conservadores estaban en contra bajo el argumento tanto de la especulación política del peronismo como del que no había tiempo suficiente para instruir a las mujeres en cuestiones cívicas, que se carecía de padrones electorales y que la participación de la mujer en la vida política iba a dividir a las familias”.

Algunas de las especulaciones de la oposición se cristalizaron el 11 de noviembre de 1951, cuando se celebraron las elecciones que permitieron la reelección de Juan Domingo Perón. La fórmula Perón-Quijano alcanzó nada menos que el 63.4%, seguida por los radicales Balbín- Frondizi, que obtuvieron el 32.2%.

“Para esas elecciones en el padrón figuraban 8.623.646 de electores, entre ellos, 4.222.467 mujeres. De ese total, el 90,32% se hizo presente en las urnas y más de la mitad votó al peronismo. El resto de las electoras, 1.375.096, lo hicieron por otras fuerzas políticas, que en total sumaban ocho candidaturas”, describe Laura Macek, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón (INIHEP)- Museo Evita.

Una lucha que no termina

Con el empadronamiento, la mujer obtuvo su Libreta Cívica, porque hasta ese entonces, la única documentación con la que contaba era su partida de nacimiento. Además, la promulgación de la ley otorgó a las mujeres argentinas una mayor equidad real en términos civiles y políticos. La patria potestad compartida (1949) y la ley de divorcio (1954) fueron algunas de las conquistas más relevantes de la década. También lo fue la participación dentro del Congreso. Para 1952, entre los 30 senadores nacionales, seis eran mujeres, y las diputadas conformaban apenas el 15% de la cámara baja. Sin embargo los sucesivos golpes de Estado dejaron sin efecto cientos de derechos obtenidos. La patria potestad compartida, por ejemplo, se restableció en 1985, con la transición democrática, y en 1991, cuando se aprobó la ley de cupo femenino, que estableció garantizar, al menos el 30% de participación femenina en las listas de partidos políticos para cargos nacionales.

Sufragistas. Pioneras de las luchas feministas

A continuación compartimos la serie elaborada por Canal Encuentro en la se que narra la historia de cuatro impulsoras de la igualdad de derechos civiles y políticos, y de la autonomía de las mujeres: Julieta Lanteri, Carolina Muzzilli, Alfonsina Storni y Salvadora Medina Onrubia. 

 

Julieta Lantieri fue la primera mujer incorporada al padrón electoral en América Latina. Exigió empadronarse porque cumplía con los requisitos, convirtiéndose en la primera mujer en la historia argentina en poder votar. Durante su carrera fundó, junto a Cecilia Grierson, la Asociación de Mujeres Argentinas, en 1904. Dos años más tarde se recibió de médica, siendo la quinta mujer en conseguirlo en nuestro país. Publicó artículos en revistas de divulgación científica, en congresos y en sus prácticas políticas. Impulsó varios congresos, entre ellos, el Primer Congreso Femenino Internacional, el Primer Congreso del Niño a nivel mundial, la Liga Por los derechos de la Mujer y la Liga por los Derechos del Niño, además de participar en la Liga contra la trata de blancas. En 1920, organizó un simulacro del voto femenino sobre el cual Alfonsina Storni escribió una crónica del que fue un hecho verdaderamente revolucionario para la época. Junto a Carolina Muzzilli, obrera y militante socialista, organizó en 1913 el Primer Congreso del Niño. Junto a Salvadora Medina Onrubia y Alfonsina Storni tenían una relación de mutua admiración y fueron las primeras sufragistas de nuestro país.

Alfonsina Storni fue escritora, periodista, dramaturga, anarquista y una de las voces más fuertes a favor de los derechos de las mujeres, expresadas en sus columnas del Diario La Nación. “Cuando se dice feminismo, para aquellas almas, se encarama por sobre la palabra una cara con dientes ásperos y voz chillona. Sin embargo, hoy, no hay una sola mujer que no sea feminista, podrá no querer participar en la lucha política, sin embargo desde el momento que piensa y discute en voz alta las ventajas y los errores del feminismo es ya una feminista, pues el feminismo es el ejercicio del pensamiento de la mujer”.

Salvadora Medina Onrubia fue maestra rural y madre soltera. Además fue una de las primeras mujeres en el país en dar un discurso en un acto político multitudinario en 1914, por la liberación del militante anarquista Simón Radowitzky. Fue periodista y dramaturga. Participó de los episodios en torno a la Semana Trágica. Fue encarcelada por el gobierno de Uriburu. Se casó con el fundador del Diario Crítica, Natalio Botana. Tras su muerte, decidió encargarse del periódico convirtiéndose en la primera mujer argentina en dirigir un medio de comunicación. 

Carolina Muzzilli, fue obrera textil, militante socialista y periodista feminista. Con dieciocho años se afilió al Partido Socialista y participó del Centro Socialista Femenino. La militancia de Muzzilli incluyó el dictado de conferencias sobre la situación laboral femenina, la participación en congresos y la difusión de los problemas laborales de las mujeres. Publicó artículos en La Vanguardia, órgano de prensa del Partido Socialista, fue autora de “folletos militantes” y fundó y dirigió Tribuna Femenina, periódico que financió con su salario de modista. Muzzilli recorría las fábricas para conocer las condiciones laborales de las obreras y llegó a convertirse en Inspectora de Higiene para poder seguir dichas condiciones más de cerca. Publicó tres libros: "El divorcio", "El trabajo femenino" y "Por la salud de la raza". Luchó además por los derechos políticos de las mujeres y la conquista del divorcio. Tuvo una destacada actuación en el Primer Congreso Feminista de 1910. Años más tarde, sus investigaciones académicas fueron reconocidos internacionalmente.

 

MARATÓN DE LECTURA PARTE UNO

 

MARATÓN DE LECTURA VIRTUAL, NOS CUIDAMOS PARA VOLVER A ENCONTRARNOS.



Queremos transformar y reinventar las maneras de compartir lecturas y seguir conectados.

En esta oportunidad te proponemos visitar el portal de la Fundación Leer https://maraton.leer.org/



Como todos los años, la Fundación Leer organiza su Maratón Nacional de Lectura. El próximo 25 de septiembre de 2020 se llevará a cabo la edición número 18. 

  Este año el lema es: “Lectores que buscan lectores


Maratón Nacional de Lectura 2020


La Maratón Nacional de la Lectura se celebrará el próximo 25 de septiembre: ese día millones de chicos, jóvenes y adultos estaremos conectados en todos los rincones del país -desde las instituciones o desde casa- leyendo y disfrutando de actividades de lectura.

                                                                                




Para lograrlo, se ha un creado una plataforma virtual segura de acceso gratuito y de fácil uso para que chicos y docentes puedan disfrutar de una agenda de increíbles actividades de las que podrán participar desde sus hogares.

Les contamos que los chicos podrán encontrarse con muchos de sus autores e ilustradores favoritos. Además, habrá mas 100 de libros digitales de acceso libre de reconocidos autores y editoriales. 

Para poder ver las actividades, te dejamos el siguiente enlace

https://drive.google.com/file/d/1U3RZvYZqI1haB0em9_YPthg4hSoMHxvz/view?usp=sharing 

Textos, juegos y propuestas - Nivel Inicial

https://drive.google.com/file/d/1itMW8E8pu1Wn0Ottvf6Xn_hSQUcrKLsj/view?usp=sharing 

Textos, juegos y propuestas – Primer Ciclo

https://drive.google.com/file/d/1D3Ox6CnsR9AaP8p3NU6kGvAqtMQFarYE/view?usp=sharing


Textos, juegos y propuestas - Segundo Ciclo

https://drive.google.com/file/d/1Nx25teN7dLnFl94_IYl3WNuUOlv4A6yf/view?usp=sharing

Disfruten de estos audiolibros (los pueden descargar y compartirlos con los chicos y sus familias)

Audiolibros grabados por Voluntarios de Fundación Banco Itaú:

Corazon Delator 

El Mago Merlin 

La Perdiz Roja 

La Tortuga Gigante 

Rumpelstiltskin 

Audiolibros grabados por voluntarios de Samsung:

Aladino y La lampara Maravillosa 

 Almohadón de Plumas

A la Deriva 

El Flautista de Hamelín 

El gato Negro 

El hombre de la Piel de Oso 

El loro pelado 

El traje nuevo del Emperador 

Momotaro 

martes, 8 de septiembre de 2020

Un cuento sobre la vida de Sarmiento


 

Biografía de Sarmiento contada para niños


 

La vida de Domingo Faustino Sarmiento

 

Domingo Faustino Sarmiento

Hombre

Faustino Valentín Sarmiento, conocido como Domingo Faustino, nombre que asumió en homenaje al santo de familia, nació en San Juan, capital de la provincia cuyana argentina, el 15 de febrero de 1811. Hijo de José Clemente Quiroga Sarmiento, arriero de mulas y peón ocasional, fervoroso soldado de la Independencia, y de Paula Albarracín, mujer fuerte y emprendedora que, en ausencia del padre, se imponía en el hogar.

Entre 1815 y 1821, Domingo cursó estudios en la Escuela de la Patria de su ciudad natal. En 1823, luego de tratar vanamente de ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires, trabajó como asistente del ingeniero Víctor Barreau, en la Oficina de Topografía de San Juan. Su tío, el presbítero José de Oro -a cargo de los estudios de Domingo- fue desterrado en 1825, por exhibirse contra las reformas eclesiásticas. Se trasladaron juntos a San Luis, donde Sarmiento fundó su primera escuelita, siendo maestro y discípulo al mismo tiempo. De regreso a la ciudad, fue dependiente de la tienda de un familiar y, ya desde entonces, el joven Sarmiento leía cuanto libro podía obtener.

La victoria federal en 1831 y el triunfo posterior de Facundo Quiroga al reconquistar las provincias andinas, provocaron el primer destierro de Sarmiento que emigró a Chile, donde permaneció hasta 1836 realizando distintas actividades para subsistir. Estudió por su cuenta inglés, francés, alemán, leyó sobre historia y derecho. Trabajó como profesor en una escuela de la provincia de Los Andes, donde mantuvo con la alumna María Jesús del Canto, una relación amorosa de la que nació su única hija Ana Faustina, quien lo acompañó durante toda su vida. En 1836, mientras se desempeñaba como minero, contrajo fiebre tifoidea y, a pedido de su familia, el entonces gobernador, Nazario Benavídez, le permitió volver a su ciudad natal.

Allí fundó el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa, instituto secundario para señoritas. Se inició en el periodismo con la creación del periódico El Zonda. Creó y dirigió en 1842 la Escuela Normal de Preceptores, primera institución latinoamericana especializada en preparar maestros.

Su labor como pedagogo fue reconocida por la Universidad de Chile que lo nombró miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y en 1845, el presidente Manuel Montt Torres le encomendó la tarea de estudiar los sistemas educativos de Europa y Estados Unidos, hacia donde viajó.

En 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (Dominguito), quien al estallar la guerra contra Paraguay y pese a la oposición de su madre, se alistó en el ejército argentino donde obtuvo el grado de capitán. Dominguito murió a los 21 años de edad, en 1866. Sarmiento escribió la biografía de su apreciado hijo adoptivo (Vida de Dominguito). La prematura muerte del joven lo entristeció hasta su propia muerte acaecida en Paraguay el 11 de septiembre de 1888, a los 77 años de edad. Sus restos regresaron a Buenos Aires y fueron sepultados en el Cementerio de la Recoleta.

 

Funcionario

Sarmiento tuvo a lo largo de su vida una activa participación política. Luego de rechazar dos cargos como diputado en Buenos Aires, inició su carrera política como concejal en esa ciudad en 1855. Nombrado Jefe del Departamento de Escuelas, habilitó nuevos edificios de enseñanza y redactó la importante publicación pedagógica Anales de la Educación Común.

Desde el periódico El Nacional esbozó iniciativas que daban cuenta de su imagen política, propuso el cercamiento de las estancias, la ocupación y distribución de las tierras públicas; la regulación de las aduanas, ferrocarriles e inmigración. Desarrolló propuestas para todos los problemas que se presentaban a la naciente vida institucional argentina.

En 1857, como senador, propició el voto secreto y medidas de salubridad y circulación comercial. Continuó sus críticas al régimen de tierras de Buenos Aires, al “latifundio que no deja lugar al hombre, que ha nacido en la estancia de cuarenta leguas, que no tiene andando el día a caballo dónde reclinar su cabeza, que está sometido a las vacas, dueñas y señoras de la pampa”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri, en: “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 379]

En 1862, al llegar a San Juan como teniente coronel, enviado por el presidente Bartolomé Mitre para sofocar un levantamiento de caudillos, sus coprovincianos le ofrecieron el gobierno. Luego de la muerte del general Ángel “Chacho” Peñaloza (1863), Sarmiento decretó el estado de sitio sin solicitarlo al gobierno nacional, por lo que fue desaprobado y renunció a la gobernación en 1864.

El presidente Mitre le encomendó la misión de ministro plenipotenciario en Estados Unidos. Allí residió tres años, en los que se vinculó con políticos, educadores, filántropos; fue invitado a dar conferencias en Nueva York y nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Michigan.

En 1868 triunfó su candidatura a la presidencia con la fórmula Sarmiento–Alsina. Su gobierno encaró múltiples conflictos: guerra con Paraguay (terminada en 1870), epidemias de cólera y fiebre amarilla, levantamientos militares como el de López Jordán y asesinatos políticos como el de Urquiza, expediciones militares contra los indios, el pronunciamiento de Mitre y hasta un atentado contra su vida.

Luego, como Senador de la Nación (hasta 1875) y Director General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires (1881), se ocupó de la inmigración y la enseñanza laica. Defendió la educación de la mujer a la par del hombre, y mantuvo amistad con Juana Manso, a quien consideró la única persona en América Latina que había interpretado su plan de educación.

 

Escritor

Sarmiento fundó la Sociedad Literaria en 1838, filial sanjuanina de la porteña Asociación de Mayo de 1810, de la que participaban Esteban Echeverría, José María Gutiérrez, Juan Bautista Alberdi y otros hombres de la Generación de 1837. La sede del grupo artístico era utilizada como centro de reunión de los opositores a Juan Manuel de Rosas, por entonces gobernador de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de Argentina.

Creó el periódico El Zonda (1839), desde el que dirigió críticas al rosismo. Por sus ataques al gobierno federal, en 1840 tuvo que exiliarse en Chile. Allí fundó el periódico El Progreso y escribió para El Mercurio, El Heraldo Nacional y El Nacional.

Compuso un Método de lectura gradual (1845) que el gobierno chileno adoptó para enseñar a leer en escuelas públicas.

En Polémicas (1842) sobre la lengua, la ortografía, el romanticismo que sostuvo con Andrés Bello y con la Revista Católica, se palpa su entusiasmo por el desarrollo de discusiones y controversias filosóficas, políticas, educativas, a las que consideraba de un gran enriquecimiento intelectual. En su obra Conflictos y armonías de las razas en América (1883) suavizó prejuicios raciales contra el indígena que había expresado anteriormente.

En Recuerdos de provincia (1850) Sarmiento narró su infancia, “sin espacio para la melancolía, la nostalgia o el ensueño propios del romanticismo más subjetivo. (…) edifica su imagen, tan sin tapujos, sin pudor casi, sabiendo que se lo percibe arrogante e irónico”. [Susana Zanetti y Margarita Pontieri en “El ensayo: Domingo F. Sarmiento”, Historia de la literatura argentina, desde la Colonia hasta el Romanticismo, CEAL, Bs. As., 1967; tomo 1, pág. 405]

Durante 1845, el periódico El Progreso, de Chile, publicó el folletín que luego se editó completo bajo el título: Civilización i barbarie, Vida de Juan Facundo Quiroga, aspecto físico, costumbres i ábitos de la República Argentina. La obra relata la lucha que libró la civilización de las ciudades, contra la barbarie de la campaña, entendido en términos del propio Sarmiento. El autor identifica la historia con la biografía: en el destino del caudillo riojano, Sarmiento simboliza la campaña bárbara. Luego de describir tremendamente a Quiroga y a Rosas, propone un programa de gobierno que ubicaría al país en el camino del progreso.

No existe prácticamente texto de Sarmiento que no surja como respuesta ante una situación, para rebatir una idea o lanzarla: “Soldado, con la pluma o la espada, combato para escribir, que escribir es pensar…”, dijo en su obra Campaña en el Ejército Grande aliado Sud América (1852). [Sarmiento, Domingo F.: Campaña en el Ejército Grande, México, Fondo de Cultura Económica, 1958.]

 

 

Viajero

Sarmiento fue un viajero: en algunas oportunidades llevado por misiones diplomáticas o culturales; en otras, por los exilios que, más que viajes, constituyeron diversos y sucesivos lugares de residencia.

Hacia 1845 Sarmiento partió desde Valparaíso (Chile) en misión oficial para estudiar métodos de educación en Europa y Estados Unidos. Regresó tres años después de haber visitado personalidades como George Sand, Honoré de Balzac y a su compatriota José de San Martín, quien vivía exiliado por propia voluntad, en su residencia de Grand Bourg.

Una vez finalizado su viaje por el mundo, en 1848 se casó con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adoptó al hijo de éstos, Domingo Fidel (“Dominguito”) y se instaló con ellos en Yungay. Durante más de un año se dedicó de lleno a escribir; fruto de ello es su obre Viajes en Europa, África y América, (volumen 1, 1849 y volumen 2, 1851): en cuyo prólogo escribió: “Los viajes son el complemento de la educación de los hombres, y si el contacto con personajes eminentes eleva el espíritu y perfecciona las ideas, puedo vanagloriarme de haber sido muy feliz en mi excursión, pues he podido acercarme, no sin haber sido favorablemente introducido, a los hombres más eminentes de la época”.

Sarmiento era un observador, trataba de identificar paisajes, costumbres, modos de organización.

Durante su viaje a los Estados Unidos, lo fascinaron las transformaciones geográficas, la extensión de las comunicaciones, los ferrocarriles, la colonización hacia el oeste. Relacionó esos cambios con los aspectos materiales necesarios para la conformación de una república democrática e igualitaria. Ese viaje, sin duda, contribuyó a forjar su proyecto político para la naciente Argentina.

Domingo Faustino Sarmiento fue un autodidacta. Así lo vieron sus contemporáneos, para la caricatura (como el dibujante Stein, en el periódico El Mosquito) o para la admiración y el comienzo de un mito según los escritos de Leopoldo Lugones, y hasta la actualidad Ezequiel Martínez Estrada y David Viñas, quien sostuvo: “…sus palabras se abren paso, avanzan sobre nosotros desgarrando la zona de lo vedado y su viaje inaugura una real comunicación en tanto supone un cuerpo a cuerpo y un esfuerzo por reconquistarse a través de una versión de Europa que no se corresponda con las visiones elaboradas. Por eso, si nos atenemos a esa tensión y a su creciente impudor, Sarmiento es el primer escritor moderno de nuestra literatura”. [David Viñas: Literatura argentina y realidad política”, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1964]

11 de Septiembre día del maestro

Cada 11 de septiembre, se celebra el Día del Maestro en nuestro país y todo Latinoamérica. La fecha, es un homenaje «al padre del aula», Domingo Faustino Sarmiento, en el aniversario de su fallecimiento. Así quedó establecido en la Conferencia Interamericana de Educación que se celebró en Panamá en 1943.

Sarmiento nació en las Provincias Unidas del Río de la Plata , más precisamente en San Juan, el 15 de febrero de 1811. Fue un político, escritor, docente, periodista y militar . Fue gobernador de su provincia natal entre 1862 y 1864; Presidente de la Nación entre 1868 y 1874 ; Senador Nacional por su provincia entre 1874 y 1879; y Ministro del Interior en 1879.

Su mayor legado fue su lucha por la educación y la cultura de su pueblo . Mientras fue gobernador decretó la Ley de enseñanza obligatoria primaria ; como Jefe de Estado logró triplicar la población escolar (de treinta mil a cien mil alumnos), además de crear numerosos establecimientos educativos , no solo escuelas primarias sino lugares como la Academia de Ciencias, la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, la Biblioteca Nacional de Maestros, el Observatorio Astronómico de Córdoba, entre otros.

Antes, en su primer exilio a Chile , –se fue del país por su oposición a Rosas y al caudillo riojano Facundo Quiroga – Sarmiento organizó la primera escuela del magisterio de Sudamérica .

Además, fue un notable periodista. Escribió en El Mercurio de Valparaíso, en el Progreso de Santiago (en el país trasndino) y en elZonda de San Juan (periódico que fundó el mismo). Facundo, Recuerdo de Provincia, Vida de Dominguito, De la Educación Popular y Método de Escritura Gradual, son algunas de sus obras literarias.

Afectado por una insuficiencia cardiovascular y bronquial, Sarmiento viajó a Paraguay tras las recomendaciones médicas de alejarse de Buenos Aires para evitar el frío invernal. El 11 de septiembre de 1888, falleció en Asunción tan pobre como había nacido . Hoy sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.

EFEMERIDES: 11 de Septiembre «Día del Maestro»

viernes, 4 de septiembre de 2020

Fiesta Provincial del Inmigrante. Berisso

 En 1976 se organizó la primera Fiesta del Inmigrante en un esfuerzo de las colectividades que previamente habían conformado su Asociación de Entidades Extranjeras para trabajar unidos para esta fiesta anual. Dos años después, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires declaró a Berisso “Capital Provincial del Inmigrante” y el municipio la dictaminó a la fiesta de Interés Municipal.


Desde entonces, año tras año durante el mes de septiembre y principios de octubre se realizan actos de celebración que culminan con la elección de la Reina de Inmigrante y el gran desfile final de todas las entidades que integran la Asociación. La entidad organizadora es autónoma, aunque la Municipalidad habitualmente participa de manera importante en aspectos organizativos y financieros.

Durante el mes de festejos se realizan torneos deportivos, desembarco simbólico, funciones de teatro, conciertos, conferencias, exposiciones, espectáculos musicales y de danzas centradas en un amplio salón donde, además, se pueden degustar las comidas nacionales de cada país preparadas por los integrantes de las distintas colectividades que las sirven ataviados con sus trajes típicos.

La Fiesta del Inmigrante tiene un alto grado de tradición popular local. Gran parte de la población se vuelca a participar de las actividades callejeras. Por otra parte, tiene una importante instalación entre los vecinos de la región quienes conocen de su existencia y han concurrido a visitarla

Efemérides: Día del inmigrante


 

Día del inmigrante en la Argentina: Historias de ayer, hoy

Se festejó por primera vez el 4 de septiembre de 1949; enterate por qué se celebra y conocé cinco historias de inmigrantes que encontraron en Argentina oportunidades y una segunda patria

El 4 de septiembre de 1949 se celebró por primera vez en Argentina el Día del Inmigrante. La fecha fue elegida en conmemoración a la disposición dictada por el Primer Triunvirato, en 1812, que tenía la intención de fomentar la inmigración y ofrecer protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que quisieran fijar su domicilio en el territorio nacional.

Lo que hoy es la República Argentina fue uno de los países que más inmigrantes recibió entre 1880 y 1930. Si bien la cantidad de inmigrantes (provenientes en su mayoría de Europa) fue menor a los que desembarcaron en Estados Unidos, Argentina tuvo la mayor proporción de extranjeros en relación con el total de su población. De acuerdo a los datos del censo de 1914, una tercera parte de los habitantes del país estaba compuesta por inmigrantes.

Incluso en los últimos años, Argentina es el país de América del Sur que mayor cantidad de migrantes recibió. Para el 2017, la población extranjera representaba el 4,7%, porcentaje que equivale a casi dos millones de personas.

La cifra tiene sus antecedentes en la Constitución. Desde 1853, Argentina ha interpelado a “todos los habitantes del mundo que quieran habitar el suelo argentino, otorgando igualdad de derechos y obligaciones a nativos y extranjeros”.

Entre los cientos de miles de personas que echaron raíces en estas tierras, compartimos cinco historias sobre barcos, colectivos, viajes, sabores, ilusiones y esfuerzos para construir nuevas patrias.

Valeria Wroblewski, Polonia.

Vala le dicen a Valeria Wroblewski, una niña de tres años que partió en 1932 desde Baranowicze para radicarse en Berisso, capital provincial del inmigrante, y una de las principales ciudades receptoras de los/as inmigrantes europeos que se empleaban principalmente en los frigoríficos Swift y Armour.

“Primero fuimos a Olavarría porque teníamos parientes. Mi papá, Bronislaw Wroblewski, comenzó a trabajar en una fábrica de cemento hasta que lo despidieron. Mi familia tenía una prima en Berisso que le comentó que en los frigoríficos había posibilidades de trabajo. Mi mamá, Stanislawa Prozorowicz, consiguió trabajo enseguida. La eligieron a dedo, cómo se hacía en ese momento. Se agolpaban todos los/as inmigrantes en la puerta del frigorífico y el encargado señalaba “vos, vos y vos”. Mi papá comenzó a trabajar tiempo después. Durante los primeros meses alquilamos una pieza, pero mi mamá no quería vivir en una casa de chapa, así que con mucho esfuerzo construimos una pieza de material, que hoy sigue en pie y es el consultorio odontológico de mi hijo”.

Vala conserva todos los pasaportes que tramitó en su vida, desde el primero donde es una pequeña de ojos azul profundo, hasta los últimos, con los que volvió a Polonia para perfeccionarse en danzas.

“En Berisso fundé la escuela de danza polacas. Siempre tuve una relación muy presente con mi país natal. Dios, patria y hogar son mis lemas. Cuando llegué al país, iba a la mañana a la escuela argentina y a la tarde a la escuela polaca, donde íbamos todos los niños inmigrantes para seguir hablando la lengua”.

Luego de la primera pieza que construyeron, la casa fue creciendo al igual que la familia. Bronislaw y Estanislava tuvieron dos hijos más, y esos hijos tuvieron más hijos e hijas y éstos otros más. La que construyeron sigue albergando a toda la familia en la mesa de los domingos.

“El vestido de casamiento de mi nieta se lo hice yo. Acá aprendí a cocinar, a coser, a bordar, a bailar. Tenía como sed de aprender, de aprovechar todas las posibilidades que me brindaban”.

Valeria ya no enseña danzas pero baila en la medida que su cuerpo se lo permite, y una vez por semana sale al aire con su programa de radio “La voz de Polonia”, donde recitan poemas, hablan sobre la actualidad de su territorio y actividades vinculadas a la Unión Polaca en Berisso.

Takara - Oshiro, Okinawa.

En la década del ’20, Seiju Takara  y sus dos hermanos partieron de Naha, Okinawa -una isla al sur de Japón- hacia el puerto de Yokohama, el punto donde salían los barcos para Argentina. Dos de sus tíos, que ya vivían en Buenos Aires, fueron quienes incentivaron a los hermanos Takara a emigrar, escapando de la mala situación económica sufrida después de la Primera Guerra Mundial.

Al llegar se instalaron en Ciudadela, donde comenzaron a cultivar hortalizas. “En 1929 mi abuelo Seiju logró que mi abuela Nta Irei viajara desde Okinawa a Buenos Aires, donde tras años distanciados volvieron a juntarse. Al poco tiempo nació mi mamá, María, y mi tío Juan. Cuando mi mamá tuvo cinco años, mi abuela volvió a Okinawa, porque quería que sus hijos comenzaran sus estudios allí. Pero mi abuelo se quedó en Argentina a la espera de reunirse con ellos meses después”.

Tras estallar la Segunda Guerra Mundial, el encuentro en Okinawa nunca se produjo. La condiciones de vida durante la posguerra fueron muy duras para los okinawenses, por lo que Nta Irei decidió regresar a la Argentina. La familia se volvió a reunir recién en 1951, cuenta Elsa Oshiro, nieta de Seiju Takara y Nta Irei, e hija de María Takara y Shinsuke Oshiro.


(Fiesta en Ballester, 1960)

María Takara y Shinsuke Oshiro se radicaron en Villa Ballester y tuvieron cinco hijos: Elsa, Silvia, Jorge Eduardo, José Luis y Juan. Ellos pertenecen a una generación de nikkeis, como se denomina a los inmigrantes japoneses nacidos fuera de la isla. Los nikkeis se dedicaron principalmente al negocio de las tintorerías y la floricultura, como también a la vida universitaria y fabril. Para fines de los años ´70 , vivían en Argentina cerca de 30 mil integrantes de la comunidad nikkeis, que no imaginaron nunca tener que intentar traducir y comprender algún día la palabra desaparecidos.

Jorge Eduardo, junto con Carlos Aníbal Nakandakare, Emilio Yoshimiya, Katsuya Cacho Higa, Carlos Alberto Cardozo Higa, Carlos Eduardo Ishikawa, Norma Inés Matsuyama, Luis Esteban Matsuyama, Oscar Takashi Ohshiro, Amelia Ana Higa, Juan Carlos Higa, Juan Takara, Juan Alberto Asato, Ricardo Dakuyaku, Carlos Horacio Gushiken, Julio Eduardo Gushiken y Jorge Nakamura son 17 jóvenes arrebatados por el Terrorismo de Estado.


Yaroslava Malaruc, Ucrania.

Desde que tienen memoria, Yaroslava Malaruc, Irene Nimyrewsky, Susana Tomka y Mirta Ciuper, preparan varenikes. Hierven el agua, las papas, preparan la ricota, pican la cebolla y rellenan uno a uno las cientos de unidades para la celebración de la 41º Fiesta Provincial del Inmigrante, donde esperan que los visitantes que pasen por el puesto de la Asociación Ucraniana de Cultura Prosvita se vayan enamorados de sus sabores.

Son todas hijas de ucranianos y ucranianas, salvo Yarusha, que vino en barco siendo una bebé de apenas siete meses.

“Yo me llamo Yaroslava, en mi familia me dicen Yarusha y también me llaman Charu, en argentino, porque es más fácil de pronunciar”, explica Charu, que vivió junto a sus padres y a su hermano mayor en el Hotel de Inmigrantes, que fue construido para recibir, prestar servicios, alojar y distribuir a los miles de inmigrantes procedentes de todo el mundo. El destino de la familia Malaruc era Misiones, pero una conocida que ya se encontraba en Buenos Aires convenció a su padre para que se radicara en Berisso.

“Solo teníamos un papel con la dirección de una familia vecina de nuestro pueblo natal, que vivía en Berisso. Mi papá fue preguntando con señas cómo llegar, porque no hablaba nada el idioma. Tardó dos días en dar con ellos y volver a buscarnos al Hotel. Tiempo después, Papá comenzó a trabajar en el frigorífico Swift, donde compraba ladrillos para construir nuestra casa y ésta Asociación Ucraniana, que alojó a muchísimas familias recién llegadas al país. La Asociación se convirtió, para estos hombres y mujeres, en una parte de la patria que dejaron”.


Yarushanunca se fue de Berisso. Aún vive en la casa que construyó su padre, ubicada, justamente, sobre la calle Ucrania. “Nuestro pasado fue terrible, gente que no sabía el idioma, que trabajaba de sol a sol, pero que tuvieron la fuerza, la tenacidad de luchar y construir algo para sus familias desde la nada. Ni mi papá ni mi mama tuvieron la oportunidad de volver a Ucrania. En 2001 hice un viaje al territorio que fue mi pueblo, del que ya no queda nada luego de que fuera invadido por los rusos, en 1941. Fui para el décimo aniversario de la independencia de Ucrania, visité a una prima y pude rememorar las historias que mis padres contaban y que intercambiaban en las cartas que se escribían con mi abuela”.

Manuel Antonio Casique Herrera, Venezuela.

Manuel nació en Carabobo, un estado ubicado en el centro norte costero venezolano. Allí se graduó en la Universidad como educador en ciencias sociales y ejerció como docente de historia y geografía. Tal como los inmigrantes de antaño, Manuel vive en Berisso desde diciembre de 2017. Hace tres años se enamoró de una socióloga argentina y ese fue el motivo final por el que decidió radicarse en el país. Vive en una casa tipo “chorizo”, dividida en cuatro departamentos habitados por otros compatriotas latinos. La casa íntegra fue construida por un albañil italiano Giacomo Di Matteo, quién vivió allí hasta cumplir sus 102 años.

“Cuando finalmente decidí venirme, me postulé para la Beca de Integración Regional, que impulsa el Ministerio de Educación de la Nación Argentina. Quedé seleccionado y ahora estoy cursando la Maestría en Estudios Sociales de Latinoamérica, en la Universidad de Buenos Aires”.

Manuel trajo consigo tres amuletos: el libro “Cien años de soledad”, aquella edición que cayó por primera vez en sus manos; un portarjetas que recorre episodios de la vida de su abuelo, y su guitarra. Son los objetos preciados a los que recurre en todo momento, sobre todo cuando su proyecto de tesis, vinculado a los proceso de acumulación de capital en países petroleros, entra en crisis.

“Argentina es un país extraordinario, con gente maravillosa, buenos amigos, asados, música. Uno nunca se aburre en este continente que te atrapa. Ahorita hay muchos venezolanos y venezolanas que han venido por diferentes motivos y que se encuentran trabajando y produciendo por diferentes rincones de la ciudad. ¿Habrán venido a quitarles el trabajo a los argentinos?”, sonríe con ironía.

Ever Enrique Pastor Valdivia, Perú

Primero llegaron sus hermanos mayores, después su madre, luego sus hermanas, sus otros hermanos, hasta que lograron reunirse los ocho integrantes de la familia. Su padre se quedó trabajando en Ancón, una ciudad cerca de Lima. La distancia y el desarraigo fue el sacrificio que asumieron para que la familia pudiera crecer y desarrollarse. La historia se repite con sus tías, con sus primos y vecinos.

“En Lima, en los años ‘80, la situación producto del terrorismo, del conflicto armado era muy dura, por lo que uno de mis hermanos mayores junto con cinco amigos decidieron venir a continuar sus estudios universitarios a la Argentina. Cuando llegaron no sabían dónde ir. Preguntando les dijeron que existía una ciudad universitaria, La Plata, y hasta allá se fueron, sin ninguna referencia y sin ningún contacto, lo que los llevó a dormir en las plazas, en la estación de colectivos, hasta que pudieron acomodarse y alquilar una pensión. Hoy, ya pasaron más de 30 años de aquella aventura”.

Ever viajó para Argentina en 1984, tenía 14 años. Terminó la escuela secundaria en el país, inició las carreras de Analistas de Sistemas y luego de Diseño Audiovisual en la Universidad Nacional de La Plata, pero tuvo que dejar por motivos económicos.

“En el 2000 volvimos a Perú con mi madre y hermanos, pero allí la situación no había mejorado y regresamos a Argentina. Me dediqué a vender ropa, tarea que dio la satisfacción de conocer parte del país. Después comencé con la gastronomía, que es a lo que me dedicó hace varios años. Me gusta pensar que, en algún futuro, podré tener mi propio restaurante”.

Ever vive en Barrio Aeropuerto, de casas bajas, quintas y trabajadores/as. Es lo más parecido a su Ancón natal. “Abrís la puerta y la gente te saluda, vas caminando y conoces el nombre de los vecinos con los podes quedarte conversando. Cuando vivía en el centro de La Plata no era así. Esto me hace sentirme más cerca de Perú”.

En el mes de agosto, los/as peruanos de la zona costera se reúnen para celebrar la Fiesta de la Virgen de la Asunción de Chacas. Cocinan, cantan, rezan, desfilan, brindan y agradecen entre coterráneos por sus logros obtenidos y por los que vendrán.

“Todos los que vinimos acá, vinimos con esa ilusión de crecer. La gente que viene de afuera, con buenas intenciones, quiere formar una familia, progresar día a día, formarse, aprender. Yo me siento parte de este país, de este lugar, de esta ciudad. Si bien la distancia te quita lo físico, los sentimientos, la memoria, los recuerdos están en la vida cotidiana y ayudan a seguir mirando siempre para adelante”.